About
Antes de mi primer contrato, antes incluso de entrar en la FP, ya vivía entre cables, disquetes y monitores de tubo. Mi padre, obligado a cerrar un colegio de EGB, reconvirtió las instalaciones en un centro de formación continua para empresas. Y allí, aislado en el aula de informática, encontré un lenguaje que sí me interesaba: el de las máquinas.
Yo era un adolescente rebelde, uno de esos que no encajaba, y que lo suspendía todo en clase. Los únicos momentos que le permitía a mi soledad era dedicarlos a la música y los libros... hasta que me enganchó un módem de 14 "kas" UsRobotics con quien pasaba horas enteras escuchando cómo gritaba cada vez que descargaba un mísero bit.
En aquellas aulas, entre MS-DOS, Windows 3.11 y aquel recién llegado Windows 95, aprendí a hacer magia con lo que había: un disquete para arrancar distintas particiones, inventos para compartir internet por NAT en redes cableadas con cables coaxiales, salvando copias con una unidad iomega ZIP de 100MB, o duplicando cientos de CD-ROMS con mi grabadora SCSI. No había semana en la que no aprendía mil trucos más o inventos variopintos. Todo sin manuales, sin tutoriales de YouTube y, desde luego, sin ChatGPT.
Ese aprendizaje autodidacta me dio un instinto que luego pulí en la FP, donde ya llegué con todos los conocimientos básicos (y algunos avanzados) en la mochila. Allí la programación en C, me abrió un nuevo camino imaginario. Aquel aprendizaje fue la semilla necesaria de una nueva manera de pensar, de emplear la lógica y de decidir.
Ocho años como técnico de sistemas en una gran empresa tecnológica del Parque Tecnológico de Andalucía me enseñaron que la tecnología no es un fin, es un organismo vivo que hay que mantener sano. Formé parte del equipo de Banca Electrónica. El mejor equipo humano en el que he participado, incluyendo a los puestos de mando. Aprendí a prevenir antes que reparar, a diseñar con margen para el error humano y a no confiarlo todo a una única capa de seguridad.
Con el tiempo, mi mapa se amplió: servidores físicos, virtualización, redes, ciberseguridad, y más tarde desarrollo web, SaaS, integraciones, automatización de procesos. No como un salto de disciplina, sino como una extensión natural. La línea que separa sistemas y desarrollo es difusa: ambos son formas distintas de construir herramientas que ayuden a las personas a encajar mejor en este mundo digital.
Hoy, después de proyectos propios, colaboraciones internacionales y años de oficio, no veo la tecnología como una simple profesión. Es mi forma de observar y de actuar en el mundo. Un lenguaje que me permite moverme entre máquinas y humanos, entre ideas y realidades.
No escribo este blog para vender servicios ni para convencer a nadie de que me contrate. Lo escribo para dejar constancia de lo que aprendo, de cómo pienso y de lo que creo que vale la pena compartir: desde cómo montar un sistema de copias remoto por céntimos, hasta reflexiones sobre ciberseguridad, automatización o el papel que jugamos los técnicos en un mundo que cambia demasiado rápido como para quedarse quieto.
Aquí no hay un plan de marketing, ni un objetivo de conversión. Solo la voluntad de contar, con la misma honestidad con la que conecto un cable o despliego un servidor, cómo la tecnología me ha ayudado a encajar como individuo, como ser, como animal, en este ecosistema inmenso que compartimos.
Trayectoria
- EL DE ANTES: Experiencia en empresas tecnológicas internacionales, startups, banca y sector público. Dando formación, gestionando entornos críticos para banca, datacenters, ciberseguridad, plataformas de teleformación e infraestructuras 24x365.
- EL DE AHORA: Más de cinco años como consultor autónomo, creando soluciones a medida para pymes y proyectos internacionales.
- EL DE SIEMPRE: La certeza de que todo, en tecnología y en la vida, se puede reconstruir mejor; que nuestras creaciones encajen en la sinfonía más grande de la que todos formamos parte, y que, con paciencia y pasión, honremos nuestra historia y el respeto que nos merecemos como especie —que no por gusto nos llamamos sapiens.
Principios
- La tecnología debe resolver problemas reales, no crearlos.
- La seguridad no es una capa extra, es parte del diseño desde el primer día.
- La simplicidad bien pensada es más poderosa que la complejidad innecesaria.
- Compartir conocimiento es parte del trabajo, no un añadido opcional.